sábado, 30 de agosto de 2014

TU BODA


Estuve pensando mucho sobre cómo debía empezar,  la verdad no quise que suene a meras frases que se dicen por decir. Quiero que comprendas en realidad lo importante que fue para mí -como sin duda alguna fue para tí- este gran día.

Siempre he pensado que uno debe alejarse de las situaciones de estrés en la vida, mantenerte siempre lo suficientemente alejado como para que no afecte otros aspectos de tu vida. Supongo que este intento por mantenerme alejada de situaciones de stress hace que no entienda como en ciertas ocasiones algunas cosas pueden brindarnos un extraño tipo de estrés satisfactorio. ¡Bahh!, no entiendo ¿qué tiene que ver el matrimonio con el color de los manteles de las mesas del salón?, ¿por qué tengo que asistir al “día más feliz de la vida de otros”, angustiándome por comprar un vestido lindo que combine con los lazos de la fiesta?
Hace poco  una amiga  me decía en un correo que era la mujer más dichosa y feliz del mundo, había encontrado al hombre de su vida y ahora serían uno solo (la frase me sonó cursi debo admitirlo), sin embargo su felicidad me contagió y quedamos en vernos para que me contara lo maravilloso que era esta etapa de su vida.
Fuimos por un café en cuanto pudimos, la primera media hora de nuestra reunión me mostró un arsenal de fotografías de la decoración del salón, del vestido y de la torta de 4 pisos. Por un momento noté ese brillo en su mirada que me confirmaba su felicidad. En realidad no sé cuando la figura cambió, ahí estaba ella contándome lo caro que le resultaría todo y lo adeudados que quedarían por la boda. Me contó que afortunadamente había conseguido un préstamo que la ayudaría con los gastos, pero que la deuda le quitaba el sueño muy a menudo. Al escucharla tan preocupada inocentemente pregunté ¿por qué entonces no olvidas toda la pompa y se casan en una reunión más íntima?; su rostro reflejaba la indignación por la inoportuna pregunta, ¿cómo podía dejar pasar el día más feliz de su vida con una reunión “íntima”?. No volví a tocar el tema, esa tarde solo me quedó escuchar lo hermosa que iba quedar la ceremonia.
Este tipo de situaciones me hacen pensar que definitivamente no quiero terminar enamorada de la idea de boda perfecta más que del hombre con el que supuestamente quiero compartir mi vida. Aunque no niego que la frase de “hasta que la muerte los separe” me emociona e incluso he pensado que el “y fueron felices para siempre” es posible en alguna circunstancia, pero nunca relacionado al fiestón al que llaman boda. Creo que esas frases acompañadas a la espectacular celebración son solo simples frases, sin mayor importancia. Creo que la vida va más allá de ciertas imágenes mentales que nosotros calificamos como felicidad. 
En fin…si hay algo que creo de sobremanera es que las decisiones de la gente hay que respetarlas, así que por la voluntad general de los pueblos -caballero nomás-  tenemos que aceptar las decisiones  y más si son de las personas a quienes queremos.
Una tarde de mayo mi hermano me contó que había decidido casarse, conociéndolo como lo conozco sabía que  estaba decidido. No era un tal vez, un veamos, era un me caso y pronto. Sabía que ninguno de mis argumentos podrían convencerlo de lo contrario, ni que mi poca fe en el matrimonio harían que  desista.
El día de la boda de mi hermano una indescriptible felicidad me invadió, no solo porque es mi hermano y así debe ser, sino por el hombre que es hoy, por la gran amistad que nos une, por sus errores y aciertos, pero sobre todo por esa mezcla de orgullo y admiración que siento cuando lo veo.
Cuan extraña puede ser a veces la vida. Hoy y ahora, observando esa felicidad que no puede disimular, mi poca esperanza en el matrimonio no es nada y me invade un deseo ferviente y desesperado de que la vida de ahora en adelante solo les depare maravillosos momentos de  inmensa e indescriptible felicidad.
Por ustedes, hoy más nunca quisiera tener el secreto de la felicidad. No lo tengo y no sé lo lindo o lo difícil que pueda llegar a ser el matrimonio, no sé lo que deberían y no deberían hacer, no tengo ni idea de como mantener una buena y sana convivencia o como no caer en el rutina diaria, mucho menos sé cómo deberían educar a sus hijos; supongo que en eso radica lo emocionante de esta aventura, cada mañana al despertar irán descubriendo lo bueno y lo malo e irán trabajando en ello, amándose, respetándose y viviendo esa magia que solo les da el amor, su amor.
 Y bueno sí, solo porque eres tú,  creo que serán felices para siempre.
Tu hermana.

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