martes, 26 de abril de 2016

La Dama de la Laguna Azul

Hace unos días Máxima Acuña, la “Dama de la Laguna Azul”,  mujer peruana procedente la región Cajamarca, ganó el  Premio Goldman, considerado el Nobel del Medioambiente por sus esfuerzos sostenidos y significativos para mejorar y proteger el medioambiente, poniendo incluso en peligro su propia vida.
Maxima Acuña,  de 44 años,  campesina, sin educación escolar  y  que vive con su familia junto a la Laguna Azul, se enfrentó a  la empresa minera Yanacocha por la propiedad de las tierras ubicadas frente a una de las principales reservas de agua de la zona y que es reclamada por la empresa minera como parte de su propiedad.
Esta mujer campesina se levantó para defender su derecho a vivir en paz en su propia tierra, proteger la fuente de vida de su pueblo y el bienestar de sus hijos, por ello fue amenazada, maltratada y denigrada por una empresa que la llama  “campesina ignorante y manipulable” y por un gobierno que la culpa  de traer abajo el principal proyecto minero del país.
Las razones que llevaron a estas mujeres a asumir el liderazgo - en algunas ocasiones  invisible-  es que son particularmente las más golpeadas por las consecuencias negativas de los proyectos extractivistas, tanto en su entorno medio ambiental como familiar:  la presencia de la actividad minera y el alza del costo de vida llevó a las mujeres a sumarse a duras jornadas laborales, la pérdida progresiva de sus actividades habituales agropecuarias, la pérdida de sus formas de vida tradicional y un aumento preocupante de violencia intrafamiliar.


Al igual que Máxima, muchas mujeres indígenas en la región Cajamarca han jugado un rol clave en fortalecer el movimiento de protesta contra los proyectos mineros.  Por ejemplo,  la presencia de las mujeres en las rondas campesinas permite vigilar y mantener clara la línea de la lucha encabezada generalmente por dirigentes varones.
A pesar de ello, su  participación ha quedado relegada  por el gobierno y aquellos cambios generados a partir de las luchas sociales no han considerado aspectos relevantes para protegerlas. El caso de la Dama de la Laguna Azul, muestra la necesidad de visibilizar a las mujeres y sus necesidades, pero sobre todo fortalecer sus capacidades para combatir el aislamiento y  la violencia ejercida contra ellas.

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